Aunque sea egocéntrico es necesario.
Aunque parezca burdo es terapéutico.
Y eso es, precisamente lo que deseo: una especie de catarsis.
un ir y venir conmigo
un encuentro y desencuentro con el resto.
El DSM-IV define como característica esencial del trastorno esquizoide de la personalidad al patrón general de distanciamiento de las relaciones sociales y de restricción de la expresión emocional en el plano interpersonal. Este patrón comienza al principio de la edad adulta y se da en diversos contextos.
"Los sujetos con trastorno esquizoide de la personalidad no demuestran tener deseos de intimidad, parecen indiferentes a las oportunidades de establecer relaciones personales y no parece que les satisfaga demasiado formar parte de una familia o de un grupo social. Prefieren emplear el tiempo en sí mismos, más que estar con otras personas. Suelen estar socialmente aislados o ser «solitarios» y casi siempre escogen actividades solitarias o aficiones que no requieran interacciones con otras personas. Prefieren las tareas mecánicas o abstractas como los juegos de ordenador o matemáticos. Pueden mostrar un interés muy escaso en tener experiencias sexuales con otra persona y les gusta muy pocas o ninguna actividad. Suele haber una reducción de la sensación de placer a partir de experiencias sensoriales, corporales o interpersonales, como pasear por una playa tomando el sol o hacer el amor. Estos individuos no tienen amigos íntimos o personas de confianza, a excepción de algún familiar de primer grado".
Tras un somero auto análisis escolar concluí que sí, tenia instantes cuasi esquizófrenicos al borde de cuadros de epilepsia. Siempre fui un enigma frente al espejo; yo no quería nada de misterios, buscaba absolutos, de ahí que mi primera cuenta fue sin tapujos ni aspavientos: "eskizoide". Ya la tenia clara, necesitaba una etiqueta, un rótulo, pero sobre todo necesitaba crearme un correo electrónico. De ahí parte este seudónimo, perfil o alias que conservo hasta hoy.
Luego entré a la facultad de psicología para contrastar esta hipótesis, con esperanza de hallarme sana mentalmente o de corregir cualquier síntoma, quería ser normal como todo el mundo se alucina que es. Qué irónico, todo se nubló en mi cabeza y más que hallar respuestas, me encontré frente a un abismo pintado de contradicciones a todo color.
Nunca me diagnosticaron este trastorno, obviamente todos tenemos uno, un padecimiento no resuelto o mal diagnosticado, una enfermedad contra la cual luchamos a diario. Hoy ya no me interesa negarla ni esconderla debajo de mi cama, he descubierto que se hace incontrolable, se vuelve una fuerza autodestructiva, no quiero sentir más ese nudo en la garganta que impide escupirlo todo. Quiero recobrar la voz perdida, poder abrazar mi locura. Pues lo único que tengo claro por ahora, es que esa guerra declarada es un intento fallido de valentía, solo deviene en escombros del edificio que construiste y que tendrás que reconstruir una y mil veces.